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De acuerdo con la hipótesis de la empresa SGS y la PGR, la explosión registrada en la torre de Pemex se debió a una acumulación de gas –posiblemente metano–; aunque no han detectado la fuente de su origen, y se pronostica que la investigación para determinar qué fue lo que realmente pasó, será larga
Peritos de SGS, empresa suiza enfocada a la detección de riesgos, señalaron que la explosión que se registró el pasado 31 de enero en las oficinas centrales de Pemex, con un saldo de 37 muertos, se debió a la acumulación de gas (probablemente metano), y descartaron que el siniestro fuera provocado por deficiencias en la estructura del inmueble.
El pasado 7 de febrero, los expertos de SGS, junto con autoridades de Petróleos Mexicanos, adelantaron a los medios de comunicación detalles de las investigaciones, para disipar los cuestionamientos que surgieron tras la conclusión que presentó días antes la Procuraduría General de la República (PGR) sobre la causa del siniestro.
Aunque los expertos respaldaron la hipótesis de la PGR, de que la explosión registrada en el edificio B2 de la torre de Pemex se debió a una concentración de gas, al cierre de esta edición no se había podido determinar por dónde se coló dicho gas, y por ende qué fue exactamente lo que pasó.
Durante su exposición, Brian Dunagan, vicepresidente de Integridad Operacional Global de SGS, y Mauricio Chequer, director industrial de la misma empresa, señalaron que se realizan varias pruebas para determinar qué tipo de gas provocó la explosión; aunque por sus características es muy probable que fuera metano, que es un gas natural inodoro y ligero, el cual se acumula por su naturaleza, y que pudo adherirse a una de las lozas de cimentación del edificio B-2, a través de los años.
Dunagan explicó que México no establece en sus regulaciones que el metano deba tener un odorante, justamente por eso es que no huele, y de ahí que no se percibiera su acumulación, pues el olor al que estamos acostumbrados es al propano.
“Lo que están haciendo es investigar para eliminar qué otro tipo de gas pudiera haber estado ahí. Pudo haber sido que algún otro gas hubiera penetrado de una manera muy lenta y va a tomar un largo tiempo el que puedan eliminar todo tipo de gases, para que puedan saber con seguridad qué gas fue”, precisó.
Hasta ese momento, se investigaba tres fuentes posibles del gas: la red hidrosanitaria, el subsuelo y una tubería de gas natural en desuso, que no había sido detectada anteriormente.
Sobre ese ducto, Martín Esquivel explicó: “Es un inmueble de 1968, en planos no aparecen esos ductos. Es un hallazgo de la Procuraduría, no está conectado a un sistema primario, a un equipo, a un tanque o algo que nosotros hayamos identificado. Recuerden que para nosotros lo básico son los planos de los inmuebles, eléctricos, hidráulicos y en nuestros planos no aparece esa tubería”.
Los expertos también precisaron que no se necesita una cantidad grande para originar una explosión por gas metano, “normalmente la concentración de metano en el aire es del 5 al 10 por ciento”, dijeron.
“Lo que sucede es que el metano va a desplazar al oxígeno del mismo aire, si hay mucho metano ya no hay suficiente oxígeno, para causar una explosión se necesita oxígeno”, abundaron.
Dunagan acotó: “Normalmente no se ven acumulaciones en edificios tan grandes. Lo que dice es que fue un accidente desafortunado y que es poco común que se vea que una acumulación de gas metano se dé en un edificio tan grande”.
Por su parte, los directivos de Pemex subrayaron que la operación de la paraestatal no se ha detenido ni un momento y revelaron que hasta ese momento se había rescatado una buena parte de los archivos de Pemex.
“Les puedo decir que a la fecha, en el caso de Pemex Refinación, Pemex Gas y Pemex Petroquímica, hemos recuperado casi el cien por ciento de los expedientes, informó Carlos Murrieta Cummings, director Corporativo de Operaciones.
Agregó que en el caso de Pemex Exploración, “por el lugar donde se encontraba el archivo, estamos en un avance del 40 por ciento; sin embargo, por las primeras estimaciones que hemos podido hacer, podremos recuperar una cantidad muy importante de ese archivo”.
Asimismo, los funcionarios aseguraron que de los 37 empleados fallecidos, 33 ya estaban en proceso de indemnización.
Revelaron también que se destinan alrededor de 100 millones de pesos al año para el mantenimiento del Centro Administrativo.
De acuerdo con información de Pemex, en el Edificio B2, que constaba de 12 niveles, estaban las áreas de Pemex Refinación, Recursos Humanos y Relaciones Laborales, un área administrativa de Tecnologías de Información y una parte del área Jurídica, detallaron.
En la parte de abajo había archivos de concentración de expedientes de Recursos Humanos, la mayoría de los cuales se encuentran soportados en medios electrónicos. También había expedientes de escrituras de los distintos organismos subsidiarios.
El edificio data de 1968 y laboraban en las distintas áreas cerca de mil 800 personas.