La compañía abrió la puerta a volver al mercado de deuda para cubrir con sus planes de inversión, que este año son 20% superiores al de 2022.
Los planes de la estatal Pemex para lo que resta del año se enfocarán en continuar con una estrategia para aumentar el proceso de crudo en sus refinerías y la negociación con el gobierno federal para hacer frente a sus vencimientos de deuda, que este año se cifran en 4,600 millones de dólares.
El gobierno federal no ha dado a conocer nuevas inyecciones de capital a la petrolera, para que ésta haga frente a sus obligaciones con sus tenedores de deuda, como lo hizo en años anteriores. Carlos Cortez, el director de finanzas de la estatal, dijo ayer en su conferencia trimestral que “es posible que no haya condiciones” para la inyección de nuevo capital gubernamental a la compañía. “(Estamos) en proceso de identificar medidas de soporte”, dijo a los analistas.
La petrolera ya discute con la Secretaría de Hacienda la posibilidad de extender hacia el año próximo el aplazamiento de los pagos de la Tasa de Derecho de Utilidad Compartida, conocida como Tasa DUC, un impuesto que paga la estatal al Estado por cada barril extraído.
La Secretaría de Hacienda optó este año por apoyar fiscalmente a Pemex mediante un aplazamiento en el pago de este impuesto. El gobierno federal da así a la compañía la oportunidad de hacer este pago al mes siguiente sin ningún tipo de sanción y así obtener liquidez –de aproximadamente 1,500 millones de dólares mensuales– para hacer frente a sus obligaciones de deuda. Ahora la administración de la estatal busca extender este beneficio hacia 2024.
Ya previamente, y como parte central de la estrategia de apoyo, el gobierno federal le redujo la Tasa DUC a Pemex hasta 40% desde 65% que pagaba durante la administración pasada. La Secretaría de Hacienda ha descartado reducir aún más este impuesto a la estatal. Cortez aseguró que la administración de Pemex y la Secretaría de Hacienda continúan con una “coordinación estrecha” para que la compañía cumpla con sus obligaciones, pero que los apoyos aún no han sido “aterrizados”.
“Estamos ya discutiendo alternativas de apoyo para fortalecer nuestras capacidades, con el propósito de hacer comparable la atención a estos compromisos con los retos que exige nuestro desempeño operativo”, dijo a analistas.
La compañía también ha abierto la puerta a regresar al mercado de deuda para cubrir con sus proyecciones de gasto de capital, que este año se sitúan en 258,242 millones de pesos, un aumento de 20% respecto al año pasado y que irían principalmente a su división de exploración y producción. La administración de Pemex ha mencionado en la conferencia con analistas que este proceso aún no está confirmado y que, de llevarse a cabo, se formalizará hasta el segundo semestre del año.
A inicios del año, el CEO de la petrolera, Octavio Romero Oropeza, había descartado una vuelta al mercado de deuda, después de que a finales de enero pasado la estatal colocó bonos por 2,000 millones de dólares para hacer frente a sus vencimientos de deuda, a una tasa de rendimiento de 10.375%. Tras ello, Romero Oropeza calificó la transacción como “muy cara” y dijo que explorarían otras posibilidades de financiamiento.
La estatal, que no ha cumplido con ninguna de las metas de producción prometidas al inicio del sexenio, continua con el objetivo de producir 2 millones de barriles diarios el año próximo. En el primer semestre la producción de petróleo y condensados –sin sus socios– se situó en 1.853 millones de barriles, de acuerdo con las cifras que dio a conocer el 2 de mayo.
Una nueva meta para las refinerías de Pemex
La administración de Pemex ha puesto una nueva meta para el procesamiento de crudo en sus refinerías y ha cifrado en 1.2 millones de barriles la cantidad que el sistema nacional de refinación tendría que procesar para finales de este año.
Desde el inicio del sexenio se marcó como objetivo que durante los primeros meses del sexenio –en específico finales de 2019– las seis refinerías de Pemex procesarían entre 900,000 y un millón de barriles. A finales del trimestre los complejos de la estatal procesaron en conjunto un promedio de 835,00 barriles diarios.
Ahora las prospectivas de la administración de Pemex plantean que durante los siguientes meses se logre un proceso promedio de 950,000 barriles diarios, para superar el millón hacia finales del año siguiente.
Durante el primer trimestre del año, Pemex aumentó de manera marginal la producción de combustibles en sus refinerías, a 856,000 barriles diarios, desde los 850,000 barriles que promedió en los últimos tres meses del 2022. El aumento ha resultado principalmente de mayor producción de combustóleo, un subproducto del petróleo que históricamente ha mermado las ganancias de la compañía.