Un análisis de la consultora Deloitte apunta que para aprovechar las oportunidades que ofrece el nearshoring, México debe mejorar su entorno empresarial.
El nearshoring, fenómeno que ha detonado la relocalización de empresas de Asia a México, ha generado una serie de oportunidades para el país y proyecciones positivas para el PIB si se logra aprovechar, pero esto empezaría a ser hacia el cierre de este sexenio.
El nearshoring podría proporcionar un impulso económico necesario para México y ayudaría a consolidar la posición del país como un centro logístico internacional.
De acuerdo con un análisis de la consultora Deloitte, si se aprovecha la oportunidad del nearshoring, estos indicadores se verían beneficiados de la siguiente manera:
- La Inversión Extranjera Directa (IED) podría agregar otro 0.5 punto porcentual al PIB de México.
- La producción manufacturera aportaría 2.4 puntos porcentuales adicionales al PIB.
- Se crearían alrededor de 1.1 millones de puestos de trabajo adicionales.
La consultora señala que para materializar el nearshoring se necesita generar un compromiso de largo plazo, pues hay que tener en cuenta que el proceso de habilitación de plantas de fabricación puede ser extremadamente lento, los desembolsos son progresivos y muchos de los proyectos pueden tardar mucho en mostrar resultados.
“Para aprovechar las oportunidades que ofrece el nearshoring, es posible que México deba mejorar su entorno empresarial, trabajar para resolver los problemas de suministro de electricidad y agua, aumentar la inversión en infraestructura y generar incentivos para la inversión”, indica el análisis de Deloitte.
Agrega que los esfuerzos para sacar provecho de esta oportunidad ya están en marcha en el país; en tanto, una encuesta del Banco de México, dice el nearshoring está comenzando a materializarse.
Pero en la opinión empresarial se considera que el impacto del nearshoring se desarrollará gradualmente y solo se podrá percibir a partir de 2024.
La consultora resalta que el nearshoring aún no ha resultado en un aumento significativo de la IED, pues lo niveles son casi similares antes y después de la pandemia.
Sin embargo, dice que hay algunas tendencias que indican que eso puede cambiar, ya que, en 2022, por ejemplo, las nuevas inversiones representaron el 48% de la IED total en México, la más alta desde 2013.
“Hay principalmente dos tipos de grupos que se están reasignando a México. El primer grupo está integrado por empresas estadounidenses que ya tenían operaciones en México y ahora están ampliando su capacidad. El segundo grupo comprende empresas chinas que buscan el beneficio de producir en América del Norte mientras evitan los altos costos de mano de obra y reducen los riesgos de interrupciones en la cadena de suministro”, refiere el análisis.
Si bien el equipo de transporte es el área que ha recibido la mayor parte de la IED manufacturera, en los últimos años otros sectores también han captado la atención de los inversionistas, como los accesorios y electrodomésticos, así como los equipos de comunicaciones e informática.
Destaca que la mayor demanda del mercado global ha provocado una aceleración de la producción manufacturera en México. En 2022 creció un 5.2% anual, significativamente superior al promedio de los 10 años anteriores que es de 2.3%.
Se observa que la mayor parte de la actividad de nearshoring en México se concentra en el sector automotriz y principalmente en la región norte.
“El potencial de la región comienza a verse reflejado en la tasa de ocupación de los parques industriales, que se encuentran en niveles máximos de ocupación en muchas ciudades a lo largo o cerca de la frontera con Estados Unidos”.
El análisis dice que, aunque hay signos de recuperación en los últimos años, la inversión privada no ha superado los niveles previos a la pandemia, una indicación de que es probable que el nearshoring aún se encuentre en sus primeras etapas en México.
“Uno de los factores que podría obstaculizar la entrada de IED a México está relacionado con el Estado de derecho en el país. De acuerdo con una encuesta del Banco Central, casi el 80% de los empresarios consideran que el estado actual del estado de derecho en México es un obstáculo para que reciba los montos de inversión deseados”, puntualiza.