Hasta ahora, se había pensado que la lucha contra el cambio climático pasaba solo por la electricidad. Sin embargo, la aparición de un fluido con esteroides ha evidenciado el fin rotundo de los motores de gasolina. El sector del transporte busca desde hace tiempo diferentes formas de bajar las emisiones contaminantes. Durante el proceso, se ha topado con varias alternativas más limpias y renovables a las convencionales.
La electricidad que conocemos es interesante, pero este fluido con esteroides podría ser el futuro
Tras hacerse públicos los cartuchos portátiles que podrían acabar con el coche eléctrico, ha salido a la luz otra alternativa a la electricidad. Se trata de un nuevo fluido térmico que permite hasta cinco veces más autonomía por minuto de carga en coches eléctricos.
Shell impulsa la carga ultrarrápida de los vehículos eléctricos con fluidos térmicos de última generación. La transición hacia un tipo de movilidad más limpia ya está en marcha. Su consecución no solo está sujeta a la adopción de vehículos eléctricos (VE).
También depende de la resolución de cuellos de botella que acotan su adopción. Uno de los que más obstaculiza la instauración masiva de los vehículos eléctricos tiene que ver con los tiempos de carga. Algo que pronto podría encontrar una solución definitiva.
Shell, junto con RML Group, ha dado un paso adelante para romper esa barrera con un fluido térmico especializado que permite cargar una batería del 10 al 80% en un periodo inferior a 10 minutos. Todo esto sin que aspectos cruciales como la seguridad y la durabilidad se vean comprometidos.
La gran innovación de esta tecnología es el uso de fluidos térmicos no conductores. Son capaces de llenar cada espacio dentro del paquete de baterías. Dicha inmersión mejora el contacto térmico y desvanece el calor producido en cargas rápidas con una eficacia significativa.
El futuro más allá de la electricidad convencional
Esto permite subir las corrientes de carga toleradas. Así se evita el sobrecalentamiento, uno de los riesgos mayoritarios en sistemas de carga acelerada. Se diferencia de los sistemas convencionales de refrigeración por aire o placas líquidas en que el método Shell proporciona un reparto térmico homogéneo.
Evita puntos calientes que degradan las celdas. Ha quedado como resultado baterías más pequeñas, ligeras y resistentes. El prototipo creado junto a RML Group usa un paquete de 34 kWh. Puede abastecer un coche optimizado con una eficiencia de 10 km por kWh.
Esto significa una autonomía ganada de 24 km por minuto de carga, comparado con alrededor de 5 km por minuto que brindan múltiples piezas actuales. Representa una mejora de casi 5 veces, abriendo la puerta hacia nuevos segmentos de vehículos eléctricos urbanos de carretera.
Nuevas categorías más sostenibles y con una mayor accesibilidad. Un peso más bajo, junto con una menor complejidad estructural, también se traducen en un consumo energético total más acotado y una mayor eficiencia en la fabricación. La seguridad es otro de los puntos críticos en los VEs.
El fluido Shell EV-Plus aísla eléctricamente cada elemento del sistema. Además, actúa como una barrera frente a eventos térmicos extremos. Dicha tecnología ya había sido probada en contextos exigentes como centros de dos o transformadores de tensión elevada, espacios en los que la estabilidad térmica y eléctrica es esencial.
Perspectiva de futuro de este tipo de recarga de electricidad
Soluciones como esta permiten escalar la carga rápida sin una dependencia exclusiva de nuevas infraestructuras. Lo hace a través de un mejor aprovechamiento de la red de carga existencia, algo muy útil en regiones donde la expansión de cargadores públicos resulta lenta o desigual.
Permitiendo una carga ultrarrápida y segura, sin necesidad de redimensionar al 100% la infraestructura de carga, esta tecnología responde de manera práctica a la incertidumbre del sector. Sumado a esto, podría disminuir los tiempos de espera en estaciones de carga.
Si la tecnología de Shell llegara a implementarse a gran escala podría bajar la dependencia de metales críticas, acelerar la adopción del VE y aumentar la durabilidad de las baterías, entre otros beneficios. El fin de los motores de gasolina sigue pasando por la electricidad, pero con fluido con esteroides como protagonista. Mientras la investigación sobre esta tecnología sigue, la UE apuesta por impulsar el coche eléctrico.
by Trini N.
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