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Con sílica extraída de la cáscara de arroz, la empresa desarrollará una innovadora banda de rodadura
Actualmente el ser humano produce un gran cantidad de desechos en su actividad diaria de los cuales gran parte viene de la agroindustria.
Durante la producción de arroz la cascarilla es desechada y se convierte en un residuo. Normalmente esta cascarilla se incinera para reducir su volumen generando humos contaminantes. Como combustible produce calor, debido a su valor calorífico (aproximadamente 16720 KJ/kg) y la ceniza resultante contiene un porcentaje en sílice superior al 90%.
Las principales impurezas que contiene esta sílice son: calcio, potasio, magnesio y manganeso y como secundarias aluminio, hierro, boro y fósforo. Para obtener sílice de alta pureza es necesario eliminar estas impurezas.
La sílice puede emplearse en catálisis en la producción de diferentes productos como materiales de construcción, es decir, concreto con propiedades mejoradas, materiales compuestos en base de magnesio, abrasivos y materiales refractarios, pigmentos de cerámicas, vidrio, fibras ópticas para telecomunicaciones, cerámicas, polímeros, estabilizadores de suelos, combustible para la generación de energía eléctrica, de vapor y de calor, entre otros.
Con el fin de procesar la cascarilla para obtener beneficios económicos se ha recurrido al uso de tratamientos ácidos.
De los tres tipos de tejido que presenta la estructura interna de la cascarilla de arroz, el tratamiento con ácido los afecta causando rompimientos celulares y desprendimiento entre ellos a medida que se aumenta el tiempo del ataque.
Según la Organización para la Agricultura y Alimentación de los Estados Unidos, cada año más de 700 millones de toneladas de arroz se cultivan alrededor del mundo, pero durante el secado del alimento se desprenden las cascarillas.
Empresa decidida a innovar de manera sustentable
Debido al avance tecnológico y a una mayor preocupación por el medio ambiente la cáscara de arroz, que hasta el momento era un desperdicio, es utilizada como materia prima dentro de los procesos productivos de algunas empresas.
En este sentido, Goodyear utilizará la ceniza de la cascarilla del arroz para producir electricidad como una fuente ecológica de sílice que se usará en la fabricación de llantas.
En el pasado las llantas se creaban exclusivamente con materiales como caucho natural, hierro y textiles. La empresa en su constante búsqueda por reducir el impacto ambiental y gracias a la innovación, encontró un componente natural para sus llantas, la sílica, un mineral derivado de la arena que también se puede producir a partir de los residuos que quedan después de quemar la cáscara de arroz.
En los últimos dos años, Goodyear ha probado la sílica en su Centro de Innovación en Akron y encontró que su impacto en el desempeño de las llantas es similar al de las fuentes tradicionales. Además la sílica mezclada con el caucho de las llantas los fortalece y reduce la resistencia del rodamiento, lo que se traduce en ahorro de combustible, asimismo tiene un impacto positivo en la tracción de las llantas en superficies mojadas.
“El uso de la ceniza de cascarilla de arroz le dará a nuestra compañía una fuente alternativa de sílica, al mismo tiempo que ayudará a reducir la cantidad de desechos de cascarilla de arroz que termina en los basureros”, comentó Joseph Zekoski, director técnico interino de Goodyear”.
Explicó que esta iniciativa demuestra el compromiso de Goodyear con la innovación y el medio ambiente, ya que los esfuerzos de la firma en la materia buscan desarrollar llantas más ecológicas desde sus materiales, rendimiento y el proceso de fabricación.
“Es por esto que continuamos explorando formas de aumentar la eficiencia de las llantas y nos esmeramos por ayudar a los consumidores a mantener una calidad óptima de rendimiento de sus llantas a través de innovaciones como Tecnología de Mantenimiento de Aire (AMT, por sus siglas en inglés). Asimismo, buscamos recursos renovables, como aceite de soja, para reemplazar el uso de materiales basados en petróleo en nuestros neumáticos”, subrayó Joseph Zekoski.
Actualmente, Goodyear emplea a cerca de 69,000 personas y fabrica sus productos en 52 instalaciones en 22 países de todo el mundo. Sus dos centros de innovación ubicados en Akron, Ohio y Colmar-Berg, Luxemburgo se dedican a desarrollar productos y servicios con la más avanzada tecnología, que marcan el estándar en la industria.