Esta tecnología contribuye a reducir las emisiones de CO2, lo que se traduce en beneficios para el medio ambiente, dota a las ciudades de autonomía en la gestión de sus residuos y otorga a la basura un valor al reintegrarla como recurso al ciclo productivo
Desde hace algunos años, la tecnología se ha convertido en un elemento vital para los seres humanos, ya sea en la vida laboral, personal o simplemente como actividad de ocio. Estos procesos han permeado también en el sector industrial, en el que hoy la innovación no es una opción, sino una necesidad para mantenerse competitivo en el mercado.
Sin embargo, es de vital importancia que en la incorporación de dichos procesos vanguardistas siempre se consideren las mejores prácticas que garanticen un impacto positivo en el entorno inmediato y en el medio ambiente. Es así que las alternativas sustentables se vuelven una prioridad. Una de estas tecnologías que está incursionando en México es la Termovalorización. Este proceso no es nuevo, ya que países como Francia, Taiwán, España, China y Reino Unido han aprovechado sus bondades desde hace más de 30 años para hacer frente a los retos en materia de gestión de la basura.
Pero, ¿qué es y cómo funciona?
La termovalorización transforma la basura inorgánica que ya no se puede reciclar en energía, a través de un proceso sofisticado y favorable para el ambiente, haciendo eficiente el manejo de la basura al convertirla en un recurso aprovechable. Esencialmente se basa en tres etapas:
- Abrasión: Fase en la que los residuos se carbonizan a 850°C durante al menos dos segundos.
- Conversión a electricidad: Se produce electricidad pasando el vapor por una turbina.
- Distribución: De la electricidad producida.
A diferencia de la incineración, la termovalorización, o como se le conoce en inglés Waste to Energy, consiste en un proceso de alimentación continua de residuos inorgánicos, con combustión controlada, recuperación de energía y muy bajo nivel de emisiones. Para evitar la liberación de sustancias tóxicas, una de las fases del tratamiento de los residuos en la termovalorización consiste en el lavado y filtración de los gases producidos, de esta manera se impide que dioxinas o furanos – compuestos aromáticos tóxicos – se emitan al ambiente.
Ventajas de la termovalorización:
- Aprovechar los residuos para generar energía a través de una tecnología favorable para el medio ambiente.
- Utilizar de manera eficiente el presupuesto destinado a la disposición de residuos, en una tecnología que contribuye a reducir las emisiones de CO2, lo que significará beneficios para el medioambiente y la salud de los habitantes de las ciudades.
- Dotar a las ciudades de autonomía en la gestión de sus residuos.
- Otorgar a la basura un valor y convertirla en un nuevo recurso, al reintegrarla al ciclo productivo.
- Generar un porcentaje realmente bajo de residuos, que pueden ser reutilizados como materiales para la construcción.
De las casi 2,000 plantas de termovalorización que existen alrededor del mundo, 507 se encuentran en Europa, la mayoría de ellas ubicadas en el centro de las ciudades. Tal es el caso de la planta Maresme en Barcelona, España, la cual aprovecha el proceso para abastecer la red de calefacción de uno de los principales hospitales de la ciudad, además de brindar servicio a 28 municipios de la comarca del Maresme, beneficiando a unos 470 mil habitantes.
Este innovador proceso que llegará a nuestro país, brindará beneficios ya que generará energía a partir del aprovechamiento de los desechos, gracias a la aplicación de una tecnología favorable para el medio ambiente a la par que contribuye al uso eficiente del gasto presupuestal destinado a la disposición de residuos.
Colocarse a la vanguardia requiere incorporar procesos, por lo que es necesario implementar tecnologías que además de eficiencia económica generen beneficios para el planeta y todos los que lo habitamos, como la Termovalorización que ya es una solución real al problema de la basura en muchos otros países del mundo.