Dos satélites registraron imágenes de columnas de metano durante un evento de «ultraemisión» entre el 8 y el 27 de diciembre. Los investigadores dirigidos por Itziar Irakulis, de la Universidad Politécnica de Valencia, calcularon que se liberaron unas 4,000 toneladas de metano durante ese periodo.
La empresa estatal mexicana Pemex liberó a la atmósfera miles de toneladas de gas metano desde una plataforma petrolera en el golfo de México en diciembre, según demostró una investigación publicada por la Agencia Espacial Europea (ESA, por sus siglas en inglés).
Invisible e inodoro, pero mucho más dañino para el medio ambiente que el dióxido de carbono, el metano es uno de los principales responsables del calentamiento global.
Dos satélites registraron imágenes de columnas de metano durante un evento de «ultraemisión» entre el 8 y el 27 de diciembre, según el informe.
Los investigadores dirigidos por Itziar Irakulis, de la Universidad Politécnica de Valencia, calcularon que se liberaron unas 4,000 toneladas de metano durante ese periodo.
En esos días Pemex emitió una cantidad de metano equivalente a 3.37 millones de toneladas de dióxido de carbono o el 3% de las emisiones anuales de CO2 del país.
Los investigadores concluyeron que la fuga en el golfo de México se debió probablemente a «condiciones de proceso anormales en el sitio», como fallos de funcionamiento o problemas con los equipos.
Ni Pemex ni la Secretaría de Energía respondieron a las solicitudes de comentarios de parte de Reuters.
«Estas son las primeras detecciones realizadas desde satélites», dijo Irakulis a Reuters. «Sin el enfoque de monitoreo descrito en el documento, eventos similares permanecerían invisibles y sin explicación».
Las emisiones se produjeron cerca del estado mexicano Campeche, en el golfo de México, en el yacimiento Ku-Maloob-Zaap, que produce alrededor del 20% de la producción total de petróleo del país.
El metano es mucho más potente a la hora de atrapar el calor que el dióxido de carbono, pero sólo dura en la atmósfera alrededor de una década.
Otros satélites detectaron que una llamarada casi constante desapareció de repente el 8 de diciembre, y sólo se encendió esporádicamente durante el evento de «ultraemisión».