El fenómeno paralizó servicios esenciales y activó protocolos de emergencia para recuperar la electricidad.
La tarde del 28 de abril de 2025 marcó un hecho inédito: España, junto con partes de Portugal y Francia, sufrió un cero energético, una interrupción total del suministro eléctrico que paralizó ciudades enteras, dejó sin servicio a hospitales y afectó la operativa del transporte y la economía. Este fenómeno no es un simple apagón, sino el colapso completo del sistema de generación y distribución de electricidad.
Según explicó Red Eléctrica Española, el evento podría haber sido provocado por un desequilibrio grave entre generación y demanda, aunque también se investigan causas como ciberataques o fallos técnicos severos. La recuperación del servicio ya está en marcha, pero se trata de un proceso lento y altamente controlado, según plantean desde El Español.
Qué es el «cero energético» y cómo afecta al sistema eléctrico
El cero energético ocurre cuando se pierde completamente el suministro de electricidad en una zona amplia, afectando simultáneamente a industrias, hogares y servicios esenciales. Este tipo de colapso puede ser provocado por fenómenos naturales, como tormentas severas, pero también por errores humanos, fallos técnicos graves o ciberataques dirigidos a infraestructuras críticas.
Cuando se produce un cero energético, todo el sistema se apaga de manera repentina y simultánea. La gravedad radica en que no solo se apagan las luces, sino que también se detienen fábricas, hospitales, sistemas de agua potable, telecomunicaciones y cualquier servicio que dependa de la electricidad. Este fenómeno genera, además, un fuerte impacto económico, social y de seguridad.
Cómo se recupera el suministro tras un cero energético
Ante un colapso de esta magnitud, Red Eléctrica Española activa un protocolo conocido como arranque en negro. Este procedimiento consiste en utilizar centrales hidroeléctricas, que pueden generar energía sin necesidad de una fuente externa, como primer paso para reactivar la red.
Una vez estabilizada la generación inicial, se incorporan progresivamente las centrales térmicas, nucleares y renovables. El objetivo es reenergizar de forma gradual, comenzando por zonas de baja demanda para evitar sobrecargas. Solo cuando la red está suficientemente estable, se procede a reconectar las grandes ciudades e industrias, donde el consumo es mayor.
El proceso de recuperación es delicado y puede tardar horas o incluso días, dependiendo de la extensión del corte y de las condiciones en las redes de transmisión y distribución.
Qué medidas están tomando las autoridades y la situación actual
El Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico activó su Comité de Crisis, trabajando en coordinación con el Centro Nacional de Protección de Infraestructuras Críticas (CNPIC), Red Eléctrica, Enagás y los operadores de Francia y Portugal.
Hasta el momento, se ha logrado recuperar el suministro en parte del norte y sur de la península ibérica. Enagás informó que la demanda de gas natural disminuyó a raíz del corte eléctrico, pero el sistema gasista español se mantiene en equilibrio y en condiciones de seguridad.
Aunque la electricidad está volviendo de forma progresiva, el suceso ha dejado en evidencia la fragilidad de las infraestructuras críticas ante eventos extremos, y refuerza la necesidad de robustecer los sistemas de protección tanto físicos como cibernéticos en toda Europa.
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