Hay buenas expectativas para que ciertas áreas del sector energético del país crezcan favorablemente en los próximos años, incluso tendrán resultados que podrán ser visibles antes que los que se obtengan de las actividades de exploración y explotación de hidrocarburos, como son la petroquímica, la eléctrica y la industria del gas natural.
Se espera una gran transformación en el sector petroquímico nacional debido a dos factores: uno, la apertura que se da con la reforma energética, y dos, al haber entrado en operación el Proyecto Etileno XXI, con un cracker de más de un millón de toneladas de etileno.
La colaboración y asociación del sector público con empresas particulares marcan un camino exitoso para el renacimiento de la industria petroquímica, modelo que podría replicarse en las cadenas del propano y los aromáticos.
Por otro lado, se espera una gasificación en México, la cual implicará la construcción de varios kilómetros de gasoductos con el fin de que la molécula se distribuya en todo el país y sea aprovechada por las diferentes industrias.
Por ello, la Secretaría de Energía presentó el Plan Quinquenal de Gasoductos 2015-2019, mediante el cual se añadirán más de 5,150 kilómetros a la red nacional actual con una inversión cercana a los 10 mil millones de dólares.
Este plan contempla la construcción de 13 proyectos: una estación de compresión que beneficiará a Chihuahua y a Nuevo León, y 12 gasoductos que atravesarán 16 estados del país.
Mientras que a partir del próximo año se espera que el sector eléctrico despunte de una manera considerable, ya que después de alrededor de 50 años de limitar la participación privada en la industria eléctrica y de mantener un monopolio estatal verticalmente integrado en dicha industria, ahora México permite la participación directa del sector privado en la generación y comercialización de la electricidad, así como la participación, por cuenta del Estado, en la transmisión y distribución.
En tanto, el panorama energético a nivel internacional seguirá complicado ante la caída de los precios del crudo, y a pesar de que algunos lo ven como un obstáculo, hay quienes lo visualizan como una gran oportunidad para que la industria energética que se construya en el país sea capaz de desenvolverse y de crecer precisamente en un entorno volátil y difícil.
Ante dicha situación, hay incertidumbre y riesgos que las empresas petroleras están tomando en cuenta, y los están compensando con rendimientos altos importantes a sus inversiones, simplemente no hay que perder eso de perspectiva, porque a pesar de que existe un panorama difícil en el ámbito petrolero, las firmas siguen interesadas en entrar a México y desarrollarse en el país en las diferentes áreas del sector energético.