Redacción Petroquimex
Boca del Río, Veracruz. – Durante el panel Nueva Política Energética y Prospectivas de Hidrocarburos realizado en la 23° Exposición Internacional del Sector Energético, el economista Juan Carlos Zepeda Molina, ex comisionado presidente de la Comisión Nacional de Hidrocarburos, habló sobre la capitalización de Petróleos Mexicanos (Pemex) como un reto, no sólo de la industria petrolera sino de la economía en general.
“Pemex requiere una inversión cercana a 20 mil millones de dólares anuales los siguientes seis años, para poder cumplir con los trabajos de exploración y producción en las áreas que le otorgó la Secretaría de Energía (Sener) en la Ronda Cero, además de los 14 contratos que obtuvo en las licitaciones. Eso sin considerar el pago de obligaciones financieras”.
Asimismo, Zepeda Molina afirmó que, para llegar a dicho monto, Pemex Exploración y Producción debe defender tal nivel de financiamiento porque sólo así se podría llegar a la meta de producción de 2.5 millones de barriles diarios hacia el final de la presente administración y la única manera de lograrlo es que Pemex tenga un nivel de capacidad de inversión significativamente superior al que posee ahora.
En opinión de Juan Carlos Zepeda, las herramientas para que Pemex pueda invertir más, no estriban en reducirle los impuestos ni en sacrificar programas sociales. “No es mediante las finanzas públicas que se le pueden destinar a Pemex mayores recursos a través de la recaudación fiscal y tampoco endeudándolo”.
Ahora, dijo, los contratos de servicios integrales de exploración y administración, funcionan bien sólo cuando el campo ya está descubierto, pero carecen de flexibilidad cuando se está en la fase de exploración. Por lo tanto, no resuelven el problema de incrementar las reservas. En tanto, las asociaciones funcionan muy bien para aguas profundas, más no son una buena solución en el caso de aguas someras donde Pemex opera muy bien y sólo necesita dinero, pero no transferencia tecnológica, como en el primer caso.
De manera que, la mejor solución para el especialista es que la fuerza laboral mexicana invierta en Pemex y en sus proyectos más rentables, tal como sucede en otras partes del mundo, donde los principales dueños o accionistas de las grandes empresas petroleras son los trabajadores, por medio del programa de pensiones. “Los fondos de pensiones tanto públicos como privados tienen el porcentaje más alto de las acciones de las empresas petroleras más grandes del mundo, esto es 46.8 por ciento. Ello porque los proyectos petroleros son los más rentables de la economía. Sin embargo, con las oportunidades de inversión que tiene Pemex en México, resulta muy negativo que no tenga el capital para invertir”.
Si los ahorros para el retiro se invirtieran en Pemex, además de las ganancias adicionales que tendrían los pensionados, Pemex contaría con capital para llevar a cabo sus proyectos. En México el Sistema de Ahorro para el Retiro cuenta con 263 mil 338 millones de dólares y si se invirtiera una proporción del cuatro por ciento serían alrededor de tres mil millones de dólares. Esa inversión no se haría una sola vez porque los fondos de inversión para el retiro crecen continuamente, hasta 14 por ciento, afirmó el economista.
“De esa forma, los trabajadores tendrían mayores ganancias por su ahorro, a la vez que capitalizarían a la empresa productiva del Estado. La propuesta concreta es crear una filial de Pemex y destinar los recursos ahí. Seleccionar las áreas en donde Pemex requiere inversión, hacerse de un socio y por esa vía, destinar la inversión de todos los fondos de pensiones”.
Finalmente, agregó que 60 por ciento de la matriz energética es gas natural que se importa y, por lo tanto, las asignaciones en campos de gas no asociado, podrían proporcionársele a la Comisión Federal de Electricidad (CFE), ya que se trata de campos descubiertos que ya poseen infraestructura y plantas de procesamiento, pero a baja capacidad. No obstante, constituyen activos que se le pueden dar a la CFE, la cual ya considera asociaciones donde los privados ponen el capital y de ese modo se podría incrementar la producción de gas natural, lo que para CFE resultaría muy estratégico.