En respuesta a la propuesta de Xóchitl Gálvez, candidata por la Coalición Fuerza y Corazón por México, de cerrar las refinerías de Cadereyta y Cd. Madero, Ramsés Pech, experto en energía, advirtió sobre los retos de financiamiento que dichos proyectos implicarían y su impacto en la economía local.
Ramsés Pech, asesor en asuntos económicos y energéticos subrayó la importancia de diferenciar entre la contaminación del aire y la acumulación de gases de efecto invernadero, particularmente en relación con la operación de refinerías en México.
Esto en respuesta a la propuesta de Xóchitl Gálvez, candidata a la presidencia de México por la Coalición Fuerza y Corazón por México (PAN-PRD-PRI), de cerrar las refinerías de Cadereyta, Nuevo León y Ciudad Madero, Tamaulipas por razones de salud pública relacionadas a la mala calidad del aire.
“El problema de la contaminación (del aire) en
México no son las refinerías, sino el consumo de gas natural.”
“El 60% del gas natural se utiliza para generación de electricidad, además de las necesidades de la industria”, señaló Pech.
Pech subrayó que, en el caso de la zona metropolitana de Monterrey, la refinería de Cadereyta se encuentra en el cuarto lugar en cuanto a la emisión de gases de efecto invernadero después de la producción de electricidad mediante el consumo de gas natural y la quema de gasolina de los automóviles y de diésel de los camiones; en ese orden.
Sin embargo, Pech puntualizó que, en cuanto a la calidad del aire en la zona metropolitana de Monterrey, la refinería aporta alrededor del 98% del dióxido de azufre, matizando que la norma SEMARNAT-148 determina que una refinería en México puede quemar hasta el 10% del total del azufre recuperado.
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“Es necesario que los gobiernos estatal y federal determinen si la refinería de Cadereyta está cumpliendo con esa norma”, abundó Pech.
“Hay una gran confusión entre calidad del aire,
acumulación de gases de efecto invernadero, y si
(las refinerías) cumplen con las normas vigentes.”
Para Pech, si la refinería afecta la calidad del aire, es necesario cambiar la norma para reducir la cantidad de azufre que se quema, lo cual requeriría que Pemex invierta en más plantas de recuperación de azufre. “¿Pero de dónde va a salir el dinero para financiar esas medidas?”, cuestionó.
Retos de Cerrar Refinerías en México
Pech subrayó que para cerrar una refinería como la de Cadereyta o la de Cd. Madero, sería necesario invertir entre 4 y 8 mil millones de dólares para “hacer el desmantelamiento, el acondicionamiento y planear qué se va a hacer con ese terreno”.
“Es posible quitar la refinería, pero viendo que se le
redujo el presupuesto a Pemex en 2024, ¿de
dónde va a salir esa cantidad de dinero?”
A su vez, recordó que cuando se cerró la refinería de Azcapotzalco en la Ciudad de México en 1999, el proceso tardó más de ocho años y costó entre 500 y 550 millones de dólares y que el terreno fue utilizado para desarrollar el Parque Bicentenario de la alcadía Azcapotzalco.
Por otro lado, Pech advirtió de los impactos que conllevaría cerrar una planta de refinación como la de Cadereyta.
“Para la ciudad de Monterrey, quitar la refinería significaría retirar un flujo de efectivo circulante de entre 80 y 100 mil millones de pesos por año entre la venta de combustibles, logística, empleos directos e indirectos, movilidad y todo lo que conlleva la refinería.”
Calidad del Aire vs. Acumulación de Gases de Efecto Invernadero
“La calidad del aire es la medición de partículas suspendidas, la cantidad de azufre y los contaminantes que existen,” señaló Pech. “Por otra parte, la acumulación de gases de efecto invernadero se mide por las toneladas de dióxido de carbono que se acumulan.”
Pech puntualizó que la acumulación de gases de efecto invernadero incluye los producidos por la quema de gas natural para generación eléctrica, de gasolina y diésel por los automóviles y camiones y de turbosina por los aviones al igual que las emisiones resultantes de la operación de las refinerías.
Demanda de Hidrocarburos en el Futuro
Por otro lado, Pech proyectó que la demanda de hidrocarburos aumentará en el futuro próximo con base en datos de la Secretaría de Energía.
“Aumentará el consumo de gas natural en el sector industrial por el tema del ‘nearshoring’”, señaló Pech. “También va a aumentar la demanda de hidrocarburos como la gasolina y el diésel, pues México mueve 70% de lo que exporta por carretera mediante vehículos que utilizan diésel.”
Por otra parte, Pech calcula que se requieren entre 2 y 2.5 billones de pesos de inversión para operar el sector energía y disminuir los gases de efecto invernadero para que no afecten la calidad del aire.
Retos para la Electromovilidad en México
En cuanto a la tendencia de los vehículos eléctricos, Pech subrayó que existen alrededor de 35 millones de vehículos a combustión interna circulando en México -incluyendo los vehículos híbridos- y no más de 30,000 vehículos eléctricos puros.
“Con las políticas públicas actuales, México no alcanzará la electromovilidad -que sólo circulen vehículos eléctricos puros – hasta el 2080”, auguró Pech. “Seguiremos utilizando vehículos a gasolina y a diésel después del 2060 o 2070”, concluyó.
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