La situación trae consigo un panorama complicado para el sector de vehículos de carga, ya que el abasto de este hidrocarburo va hacia la baja desde 2018.
El sector de vehículos pesados, como tractocamiones y camiones, indispensables para el transporte de mercancías, se encuentra en medio de un panorama complejo. Por un lado, la regulación vigente en materia de emisiones marca que solamente deberán utilizarse unidades capaces de operar con Diésel de Ultra Bajo Azufre (DUBA) a partir de 2025, sin embargo, el suministro de dicho hidrocarburo en el país va a la baja desde 2018.
Si bien, aún falta más de año y medio para que se cumpla el plazo, la Asociación Nacional de Productores de Autobuses, Camiones y Tractocamiones (Anpact) considera que existe “incertidumbre”, en torno al tema, por lo que espera las autoridades se conduzcan hacia un “abasto estratégico” en línea con lo que marca la regulación.
¿Qué pasa con el suministro del diésel de ultra bajo azufre?
Son varios los retos para el suministro de DUBA en el país, entre ellos, que las refinerías de la estatal Pemex están enfocadas a la producción de diésel regular. A finales de 2018, la Comisión Reguladora de Energía (CRE), con base en la NOM-016, indicó que todo el país debería de contar con DUBA a partir del 1 de enero del año siguiente.
El regulador excluyó la región del Bajío-Centro, que tienen como zona de influencia la producción de las refinerías de Tula y Salamanca, considerando que “no tienen capacidad para producir DUBA, ni existen las condiciones de infraestructura de almacenamiento para garantizar el suministro de DUBA importado”, de acuerdo con un documento publicado a través del Gobierno de México.
El escenario para cumplir con lo marcado por la CRE no era el óptimo, por lo que el regulador decidió prorrogar la fecha. La última modificación marca que en todo el país se deberá contar con DUBA a partir del 1 de enero de 2025, en donde Pemex debería de tener un papel protagónico, como parte del fortalecimiento de las empresas productivas del Estado de la actual administración.
Miguel Ogazón, director técnico y de ingeniería de la Anpact, considera que, con base en un muestreo realizado por el organismo, “vamos para atrás en lugar de ir sumando estos puntos”. Los resultados muestran que, en 2018, se contaba con un suministro de DUBA de 81% en el territorio nacional, cifra que a 2021 descendió a 72.6%.
El sector sienta sus esperanzas de contar con este suministro a partir de lo que pudiera suceder con la producción de la refinería Olmeca en Tabasco, sin embargo, aún son varias las incógnitas.
“En el Plan de Negocios de Pemex no dice si es DUBA o diésel regular, solo dice la producción. Haciendo gráficas y pensando que Olmeca solo será diésel de ultra bajo azufre, esperamos que este escenario alterno suba a 81%, pero es solo una estimación”, agrega.
Por otro lado, el último Plan de Negocios de Pemex de 2023 a 2027, señala sobre la calidad de combustibles fase DUBA en las refinerías Madero, Minatitlán y Salamanca, que se contempla la modernización de sus plantas de diésel regular, sin embargo, no se cuenta con fechas para cuando pudiesen comenzar a tener esta producción.
La obtención en torno a estos datos tampoco es precisa. Hasta noviembre de 2021, el Sistema de Información Arancelaria Vía Internet de la Secretaría de Economía mostraba los datos de importación de DUBA por parte de privados, lo que contribuía a tener un panorama más claro del suministro, sin embargo, desde dicho mes, la información no es pública.
Al mismo tiempo, la NOM-044-Semarnat-2017, marca que, para el 1 de enero de 2025, solo se deberán contar con vehículos pesados con tecnologías Euro VI y EPA’10, en miras de continuar con la disminución de emisiones contaminantes, las cuales solamente funcionan con DUBA y no con diésel regular.
¿Una solución a la vista?
Miguel Elizalde, presidente de la Anpact, resalta que, para cumplir con la regulación vigente, es necesario contar con un “abasto estratégico” de DUBA, lo que al mismo tiempo necesita incentivos para apresurar la renovación del parque vehicular.
“Lo peor que nos podría pasar es que el gobierno haga caso omiso al abasto estratégico y que nosotros nos la arreglemos, pero no creemos que pase eso pase. Debería de ser una combinación de buscar las mejores soluciones. Tampoco vas a cambiar miles de tractocamiones de un día al otro, pero tampoco nadie va a querer comprar donde no se tiene combustible a gran escala, porque se va a echar a perder el camión o va pagar más de mantenimiento”, añadió a petición de Expansión en un taller con medios.