Las importaciones de combustibles fósiles procedentes de Rusia se han reducido drásticamente, subrayó el jueves la Comisión Europea, tras conocerse que las compras de gas natural licuado (GNL) ruso por parte del bloque han aumentado un 40% respecto a los niveles de antes de la guerra.
«Aunque los volúmenes de GNL han aumentado, sigue siendo un nivel relativamente pequeño y una parte muy pequeña de nuestras importaciones totales de energía», ha asegurado a la prensa un portavoz del Ejecutivo comunitario.
Europa, ha añadido, «está dejando atrás del gas ruso lo antes posible».
Menos del 15% de las importaciones totales de gas de la UE procedían de Rusia en el primer semestre de este año, frente al 45% de 2021.
Pero un informe de Global Witness reveló el miércoles que la cantidad de gas natural licuado importado a la UE desde Rusia entre enero y julio de este año aumentó un 39,5% en comparación con el mismo periodo de 2021, antes del inicio de la invasión rusa de Ucrania.
La Comisión Europea ha contrastado las cifras, con otras diferentes, este jueves, con un portavoz confirmando que el estudio de Global Witness, que utiliza datos de envío proporcionados por la firma de análisis de productos básicos Kpler, se basaba en una metodología diferente.
Según la Comisión Europea, 10.800 millones de metros cúbicos (bcm) de GNL ruso llegaron a la UE en los seis primeros meses de este año. En 2022 se importaron 19,3 bcm, mientras que la cifra para 2021 se situó en 10,8 bcm.
Aunque las cifras sugieren que este año llegará a la UE más GNL procedente de Rusia que en 2021, la Comisión Europea aseguró el jueves que el GNL representa una parte muy pequeña del mix energético de la UE.
Tres Estados miembros costeros -Bélgica, España y Francia- figuran entre los cinco principales clientes mundiales de GNL de Rusia, pero sus puertos actúan como puerta de entrada de suministros a todo el continente.
Desde la invasión rusa de Ucrania, la UE ha puesto en marcha planes para diversificar su combinación energética invirtiendo en energías renovables y cerrando acuerdos de suministro con otros países. Ha destinado 300.000 millones de euros en fondos de ayuda a los Estados miembros.
La UE ha impuesto sanciones a determinados productos energéticos, como el carbón y el petróleo, pero no al gas o el GNL rusos.
La Comisión no ha confirmado si el bloque estaba estudiando sancionar las importaciones de GNL para evitar que las compras siguieran aumentando.
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