Los esfuerzos de Rabat en materia de eficiencia energética han atraído la atención de la Unión Europea, que trata de paliar los efectos de la crisis energética creada por el conflicto de Ucrania.
El vasto esfuerzo realizado por las autoridades marroquíes en el ámbito de las energías renovables no ha pasado desapercibido. Según la agencia de prensa italiana AGC News, Marruecos está considerado actualmente como uno de los países pioneros en el campo de las energías renovables, y ocupa el séptimo puesto mundial en términos de rendimiento energético.
Por ello, el Reino se posiciona como un importante proveedor potencial de energía limpia para Europa, donde la demanda no deja de crecer. Según el medio italiano Energia Oltre, “los vastos paisajes de Marruecos, su extenso litoral y su clima soleado ofrecen un potencial a gran escala para parques eólicos y solares”. “La proximidad del Reino a Europa significa que tiene potencial para convertirse en una fuente de energía clave para la Unión Europea”, señala la agencia de prensa.
Desde hace varios años, Marruecos desarrolla un sector energético dinámico y diversificado, así como amplios espacios para proyectos de infraestructuras, que reúnen inversiones públicas y privadas. A principios de este año, la Unión Europea se comprometió con programas por valor de 624 millones de euros para apoyar la transición de Marruecos hacia la energía verde.
Para Europa, el suministro de energía limpia de Marruecos ofrece una solución viable para diversificar las fuentes de energía y reducir la dependencia de los combustibles que ha puesto de relieve la crisis energética derivada del conflicto ruso-ucraniano.
En los últimos años, las energías renovables en Marruecos han surgido como uno de los tres mercados más prometedores, a la luz del ambicioso plan del país para aumentar la capacidad de producción solar, eólica y de hidrógeno verde. El objetivo final es aumentar la cuota de estas energías verdes a más del 52 % de la producción eléctrica del país para 2030. Uno de los proyectos emblemáticos del Reino es exportar gran parte de esta electricidad al continente vecino a través de cables submarinos.
Una multitud de proyectos
El empresario marroquí Moundir Zniber declaró a la BBC en una entrevista que “empresas privadas marroquíes como la suya planean ahora exportar a Europa electricidad generada por energía solar y eólica, así como hidrógeno verde”. Su empresa Gaia Energy está desarrollando proyectos eólicos y solares que podrían cubrir hasta el 4 % de las necesidades de electricidad de Alemania e Italia.
Otras empresas, como la start-up británica Xlinks, proyectan construir un cable eléctrico submarino de 3.800 km entre Marruecos y el Reino Unido, con la esperanza de que la energía solar y eólica marroquí pueda cubrir el 8 % de las necesidades de electricidad del Reino Unido de aquí a 2030.
La agencia de prensa Hespress señala que, a través de sus energías solar, eólica e hidroeléctrica, Marruecos dispone de una capacidad instalada de unos cuatro gigavatios procedentes de energías renovables, lo que representa ya el 40 % de su capacidad total de producción de electricidad.
El Reino cuenta con numerosos proyectos de energías limpias en construcción o finalizados en su territorio, como la STEP de Abdelmoumen, con una capacidad de 350 MW, y la STEP de El Menzel (entre 300 y 400 MW). También figuran los proyectos eólicos de Taza (2ª fase, 63 MW), Bojador (300 MW), Tánger II (70 MW), Jbel Landid (270 MW) y Tiskrad (100 MW), así como las centrales solares de Noor Midelt (400 MW), Noor PVII (400 MW) y Noor Atlas (200 MW).
Rabat también ha construido dos interconexiones eléctricas y un gasoducto entre España y Marruecos, cruzando el Estrecho de Gibraltar. “El Reino tiene un vasto potencial sin explotar en energía undimotriz, que atrae inversiones de diversas fuentes, como el Banco Mundial e inversores privados de Oriente Medio, Estados Unidos y Europa”, afirma Hespress.
La aceleración de estos proyectos beneficia tanto a los países europeos como a Marruecos, ya que podrían crear hasta 28.000 nuevos puestos de trabajo al año. Según Moez Cherif, economista jefe del Banco Mundial para la región, estos proyectos también permitirían al Reino “posicionarse como centro industrial para la inversión en exportaciones de productos industriales ecológicos”.