La pandemia -y su probable efecto acelerador en la transición hacia energías renovables- llevó a la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) a rebajar sus previsiones a largo plazo sobre el consumo mundial de petróleo, en medio de una gran incertidumbre.
En su informe anual «Perspectiva Mundial del Petróleo 2020», la OPEP vaticina que la demanda de crudo del planeta, tras recuperarse del colapso de 2020, llegará a los 109.3 millones de barriles diarios (mbd) en 2040, cifra 1 mbd inferior a la estimada hace un año.
Según esos cálculos, en los próximos veinte años la demanda aumentaría un 9.6 por ciento -casi 10 mbd- respecto a 2019 (99.7 mbd), un incremento que equivale al gigantesco recorte de la producción que la OPEP y aliados (OPEP+) puso en marcha en mayo pasado para afrontar el desplome del precio del barril por la pandemia.
Hacia 2035, el consumo de «oro negro» se habría estabilizado y hacia 2045 habría incluso comenzado a bajar, situándose en 109.1 mbd, según las previsiones.
Estas estimaciones de la OPEP contradicen la idea de algunos analistas, de que el mundo puede haber alcanzado ya su «pico petrolero» en la actual crisis y que el consumo estaría ya a la baja.
Los analistas del grupo petrolero basan sus cálculos en la hipótesis de un retorno al crecimiento después de la pandemia y en una recuperación de los sectores más afectados, como la aviación, el transporte y el sector industrial.
Por ello, estas cifras están cargadas de incertidumbre debido a las dudas que despierta el futuro, aunque la OPEP considera que la pandemia tendrá un efecto negativo a largo plazo.
¿Transición energética acelerada?
«Dado que algunos de los programas de estímulo masivo anunciados para combatir el impacto de la pandemia Covid-19, están explícitamente diseñados para dirigir el apoyo a proyectos ‘verdes’, renovables y similares, es posible que se produzca una aceleración de la transición energética», admite la OPEP.
«En el futuro, la gran pregunta que pende sobre los mercados de energía y petróleo es hasta qué punto habrá un impacto a más largo plazo en el hábito de los consumidores y, por ende, en la demanda», destacan los expertos de la organización.
En este contexto, recuerdan los actuales «debates» sobre el impacto que podría tener el aumento del trabajo desde casa, pues reduce los desplazamientos y puede cambiar «el comportamiento de los consumidores».
Al mismo tiempo, a pesar de la disminución de las emisiones este año debido a la muy reducida actividad, los esfuerzos en la lucha contra el cambio climático «siguen en un camino que está lejos de ser suficiente para alcanzar los objetivos del Acuerdo de París», por lo que no se descarta que se fijen nuevas metas.
El informe apunta a que la demanda de petróleo podría caer hasta 71 mbd en 2045 -un 29 por ciento menos que el pronóstico del «escenario de referencia»- si se adoptan políticas energéticas más estrictas «en todos los sectores de la economía».