El metano se genera principalmente en los sectores petrolífero y gasífero a nivel mundial, estas industrias son las más grandes emisoras de dicho contaminante
La expansión de la industria petrolífera y gasífera ha crecido velozmente en México a razón de la reforma energética, mientras tanto, se han comenzado a tomar acciones para controlar las emisiones de metano del sector energético en nuestro país y alrededor del mundo.
Si se toman en cuenta las emisiones de metano del sector de hidrocarburos en el mundo, se entiende que el auge energético mexicano se dio en un momento crítico, ya que, “México es el quinto emisor mundial de metano, después de Rusia, EU, Canadá y Uzbekistán”, explicó Daniel Zavala Araiza, investigador de Environmental Defense Fund (EDF), al compartir su trabajo acerca de los Contaminantes de vida corta, como los gases hidrofluorocarbonos (HFC) y el metano, durante los últimos cinco años.
El metano es un contaminante sumamente dañino y juega un papel fundamental en el calentamiento global, debido a que es un potente Gas de Efecto Invernadero (GEI) 80 veces más nocivo que el dióxido de carbono (CO2), aunque sólo dure en la atmósfera 12 años, en comparación a los 200 que permanece el CO2.
El metano se genera principalmente en los sectores petrolífero y gasífero a nivel mundial, ya que estas industrias son las más grandes emisoras de dicho contaminante y del cual existe un gran desperdicio en la atmósfera, ya sea por liberaciones accidentales o intencionales.
“Esto ocurre principalmente en las plantas productoras de petróleo, en donde existe lo que se conoce como gas natural asociado y que, al descuidar las maquinarias existentes durante los procesos de producción, suelen tener fugas por no apretar correctamente las tuercas, esto quiere decir que hace falta una acción de mantenimiento responsable para garantizar que se eviten filtraciones”, declaró Daniel Zavala Araiza.
Es por ello que, la Organización Meteorológica Mundial (WMO, por sus siglas en inglés) publicó el pasado mes de marzo, su Informe del Estado del Clima con noticias inquietantes, debido a que la temperatura global nuevamente rompió récords en 2016, al mismo tiempo que se acelera el aumento del nivel del mar. Los científicos dicen que el metano representa alrededor del 25 por ciento del calentamiento actual y los niveles de emisión están alcanzando su máximo en el mundo.
Asimismo, los análisis han mostrado que reducir las emisiones de metano de los sectores petrolero y gasífero puede conseguirse razonablemente con la tecnología existente. Zavala Araiza explicó que, si México implementara tecnologías para reducir entre 40 a 45 por ciento sus emisiones de CO2, “por cada pie cúbico de gas que se vende en el país, se podría comercializar el gas natural que se escapa a la atmósfera, con ello, aumentaría el costo en menos de un centavo de peso y, por ende, evitaría más contaminación”.
Reducir las emisiones del metano, tendría un rápido y fuerte impacto en el clima. Por ejemplo, disminuir dichas emisiones del mundo producidas por petróleo y gas en un 45 por ciento para el 2025, sería el mismo beneficio a corto plazo que cerrar un tercio de las plantas de carbón a nivel mundial. En ese sentido, el investigador advirtió que si se hiciera lo necesario para cumplir con esta meta “sería como retirar a 85 millones de coches de las calles, que es más del doble de los que hay actualmente en el país”, añadió Daniel Zavala Araiza.
En ese sentido, las políticas a nivel mundial para reducir el metano son rentables y muchos gobiernos ya han empezado a desarrollar e implementar regulaciones para encarar a este contaminante, de lo contrario, a falta de un reglamento sólido dentro de la industria energética, conforme la producción de petróleo y gas aumente, dichas emisiones podrían acelerarse a un ritmo constante.
Por lo anterior, es de vital importancia tener normas consistentes en México y en el resto de los países petroleros, debido al beneficio que conlleva trabajar desde un principio con requisitos y acciones para tener industrias limpias, a tratar de sanearlas años después. Tal es el reciente ejemplo de California, que goza de una de las regulaciones más sólidas en materia de gas y petróleo para controlar la contaminación por metano en cualquier parte de Estado Unidos.
Dichas regulaciones establecen que las compañías de petróleo y de gas reduzcan sus emisiones tanto en las nuevas, como en las viejas instalaciones en tierra y mar adentro. “Esta es la primera regulación ambiental emitida desde que entró en vigor el nuevo gobierno de Donald Trump, con el mensaje de que los estados están trazando su propio futuro, mientras los líderes en Washington desmantelan la energía vital y las políticas ambientales que protegen a los estadounidenses”, declaró Drew Nelson, director de Asuntos Internacionales en EDF.
Quien agregó que un incidente fundamental con respecto al metano fue el del Cañón Aliso, al sur de California, donde una gran fuga de gas se produjo por una explosión en un pozo en el subsuelo profundo, en una instalación de almacenamiento de gas natural. El desastre se convirtió en un ejemplo del problema que puede resultar de uno de los contaminantes más fuertes en en las industrias del petróleo y del gas cuando faltan normas para hacer inspecciones de rutina contra fugas, para el mantenimiento de equipo y para la operación.
Y aseveró que lo anterior es un importante referente para impulsar a México en el desarrollo de regulaciones similares propias, con el fin de que asegure a las compañías de petróleo y gas que operan dentro de sus fronteras y cumplan con los mismos estándares ambientales requeridos en otros lugares.
Mientras tanto, en nuestro país, la Agencia de Seguridad, Energía y Ambiente (ASEA) comenzó a desarrollar normas para reducir emisiones de metano, de esta forma toma medidas con nuevas regulaciones ambientales y de seguridad para las industrias petrolífera y gasífera, sin embargo, “es fundamental contar con normas estrictas para que el país esté preparado ante la creciente problemática de metano que podría empeorar en los próximos años, amenazando la salud de los ciudadanos y a la economía local”, complementó Drew Nelson.
Concluyó que contar con políticas sólidas e inteligentes para reducir las emisiones de metano en el sector energético es esencial a medida que avanza el auge de este segmento en México, ya que además de asegurar que el país está fomentando una industria energética responsable para impulsar su economía, apoya los esfuerzos para cumplir con sus compromisos climáticos internacionales.