Del 2015 al 2022, se han registrado 2 mil 250 accidentes petroleros en Tabasco entre derrames y fugas; en promedio, durante los últimos ocho años ha ocurrido cinco accidentes cada semana, los cuales se deben a problemas de la industria, actos vandálicos e incluso a fenómenos meteorológicos.
Así consta en información proporcionada por la empresa Petróleos Mexicanos (Pemex) a El Heraldo de Tabasco vía transparencia, en donde se muestra que en los últimos años ocho años, en la entidad se han registrado mil 450 derrames de hidrocarburo y 800 fugas de gas; en total, la empresa pública encargada de extraer el oro negro ha reportado 2 mil 250 accidentes petroleros entre los años 2015 y 2022.
https://drive.google.com/file/d/1-eGkLabr_5vo-NR7XzCf25cBzZkrig0W/view
Si bien estos siniestros han ido a la baja, en promedio, cada semana se registran en el estado cinco accidentes relacionados con esta industria extractiva, pasando de 171 en el 2015, a 398 en el 2018, bajando de forma paulatina en los años siguientes, hasta llegar a 238 incidentes en el 2021.
Y a cierre del mes de octubre del 2022, el registro es de133 eventos de este tipo, que afectan el entorno que rodea las instalaciones del lugar en donde ocurren.
Por su parte, el director general de la empresa, Octavio Romero Oropeza, ha mencionado que estos accidentes de la petrolera se deben, entre otras razones, a posibles actos de sabotaje debido a la continuidad de los accidentes que siguen reportándose en Tabasco, a pesar de los cambios en la administración de la petrolera.
Sin embargo, en el reporte de Pemex entregado a esta casa editorial, solo se mencionan como causa de los derrames y fugas las fallas de tipo industrial, actos vandálicos e incluso fenómenos meteorológicos; sin embargo, no se menciona algún evento producto de un acto de sabotaje, tal como aseguró el actual director semanas atrás.
Uno de los últimos accidentes que han afectado a los tabasqueños fue el derrame de crudo ocurrido en un cuerpo de agua del estado de Chiapas con conexión al río Grijalva, sin embargo, a pesar de no tener estudios que demostraran que las aguas estuvieran libres de contaminación, las plantas potabilizadoras continuaron captando el vital líquido para enviarlo a los domicilios tabasqueños.