Luego de la caída que experimentaron en el 2022, durante el primer cuatrimestre del año las importaciones de empresas distintas a Pemex repuntaron y consiguieron suministrar 17.5% y 25% del consumo aparente de gasolina y diésel, respectivamente.
En el mercado de combustibles Petróleos Mexicanos (Pemex) inició el 2023 con la guardia baja y le está dando un respiro a los comercializadores privados, luego del bache por el que atravesaron en el 2022.
Durante los primeros cuatro meses del año, estos últimos incrementaron 5.8% su volumen de importación de gasolina a 132,300 barriles diarios, una recuperación frente a la caída interanual de 14.8% que tuvieron durante el mismo lapso del 2022, de acuerdo con cifras de Sistema de Información Energética de la Secretaría de Energía.
Por lo que toca al diésel, los privados elevaron 42.1% sus importaciones a un récord de 100,940 barriles diarios, con lo que incluso se repusieron con creces de la caída anual de 25.7% que experimentaron durante los primeros cuatro meses del 2022.
Con estos avances, la importación privada consiguió elevar nuevamente su participación en el suministro del consumo aparente de combustibles del país.
En el caso de la gasolina, la cuota pasó de 16.1% a 17.5% (su máximo fue de 21.5% en el 2021) y en el del diésel, de 20.9% a 25.1% (su máximo fue de 31% registrado, también, en el 2021). En ambos casos, el resto del mercado es suministrado por Pemex a través de su producción y sus propias importaciones.
Cabe recordar que el consumo aparente es la suma de la producción nacional y las importaciones, menos las exportaciones. De acuerdo con cálculos de El Economista, al mes de abril pasado, el de gasolina ascendió a 756,026 barriles diarios (2.6% menos que en el 2022) y el de diésel a 402,940 barriles diarios (18.6% más que en el 2022).
El repunte de la participación privada coincide con un retroceso en la producción de los combustibles de mayor valor de Pemex y con un aumento en su elaboración de combustóleo.
En el caso de la gasolina, a abril se observó un descenso de 2.7% a 281,028 barriles diarios y en el caso del diésel el retroceso fue de 11.5% a 139,845 barriles diarios. Por su parte, la producción de combustóleo escaló 18.8% a un récord de 305,447 barriles diarios.
Otro punto de coincidencia es el escrutinio de Estados Unidos y Canadá a la política energética de México a través de un proceso de consultas al amparo del T-MEC, luego de que los gobiernos de los primeros dos países se quejaran de las políticas del gobierno mexicano para favorecer a Pemex.
Contratiempos
Cabe recordar que la estatal petrolera instrumenta un plan de inversión para rehabilitar las seis refinerías de su Sistema Nacional de Refinación (SNR), pero los resultados no han sido los deseados, lo que ha retrasado el cumplimiento de la meta del gobierno de Andrés Manuel López Obrador de conseguir la autosuficiencia en la producción de combustibles.
En diciembre del 2021 Pemex pronosticó que en el 2023 estaría procesando un millón 971,000 barriles diarios de petróleo crudo –la totalidad de su producción– a través de su SNR (un millón 308,000 barriles), la refinería de Deer Park, en Houston, Texas (323,000 barriles), y de la refinería Olmeca (Dos Bocas), que previó estaría trabajando ya al 100% de su capacidad (340,000 barriles).
De acuerdo con este plan, en este 2023 México ya no requeriría de producto importado para satisfacer su consumo local, pues Pemex estimaba estar produciendo 776,000 barriles diarios de gasolina y 489,000 barriles diarios de diésel.
No obstante, en octubre del 2022, Octavio Romero, director general de la petrolera, dijo a legisladores que ya no sería en el 2023, sino sería hasta el 2024 cuando en México se dejen de importar combustibles.
Así, en diciembre del 2022, en la última actualización de su plan de negocios, en su escenario base redujo su meta de proceso de crudo a un millón 285,000 barriles diarios y ya no incorporó la producción de la refinería Olmeca.
Esta última, de acuerdo con el presidente López Obrador iniciaría sus pruebas este mes de julio y estaría produciendo a máxima capacidad en septiembre próximo, pero según documentos de auditoría interna de Pemex filtrados en mayo pasado, cumplir con esa promesa será imposible debido a los retrasos constructivos de la obra.
octavio.amador@eleconomista.mx