Los encuentros de alto nivel entre los participantes se intensificarán en las próximas semanas. Y un acuerdo podría darse a conocer antes de que termine el año.
La historia de disputa por el megayacimiento Zama podría llegar pronto a sus primeros acuerdos. La estatal Pemex y el consorcio liderado por la estadounidense Talos están cercan de lograr los consensos iniciales sobre la operación del campo, según fuentes cercanas a las conversaciones. Una primera versión sobre el plan de desarrollo, que será enviado al regulador del sector en búsqueda de su aprobación, podría quedar lista y dada a conocer durante las próximas semanas.
Las conversaciones entre las compañías, que también incluyen a la alemana Wintershall Dea y a la escocesa Harbour Energy, han retomado mayor ritmo durante las últimas semanas, después de haberse ralentizado durante septiembre y octubre pasado. Las compañías preveían tener un primer acuerdo en firme sobre el plan de desarrollo a finales de septiembre, pero éste se ha retrasado, y ahora podría quedar listo antes de que termine el año, dicen las fuentes. Las reuniones de alto perfil entre los involucrados en la negociación se intensificarán en los siguientes días.
El plan incluirá mantener a Pemex como operadora del campo, tal y como lo determinó la Secretaría de Energía en julio de 2021, en una decisión que fue cuestionada por las bases técnicas en que fue basada. La estadounidense Talos había buscado ser el operador del yacimiento, el primer gran descubrimiento hecho por un privado tras la reforma de 2013, argumentando su experiencia técnica y su capacidad financiera. Pero el gobierno federal se decantó por la estatal.
Entre los planes de los participantes está enviar el plan de desarrollo a la Comisión Nacional de Hidrocarburos (CNH) antes de que terminé el año, en espera de tener una aprobación antes de marzo próximo, conforme a los plazos que se han fijado las compañías. El plan podría no tener grandes problemas para ser aprobado en el regulador, toda vez que hace unas semanas un exfuncionario de Pemex se convirtió en el comisionado presidente. “Las conversaciones ya están siendo mucho más formales y hay una posible definición para finales de noviembre, para ya en diciembre poder enviar un reporte a la CNH”, explica una persona relacionada a las negociaciones.
Pemex y Talos Energy fueron consultados, pero no respondieron a una solicitud de comentarios.
Las partes, dijeron las fuentes, han encontrado la mayor dificultad en definir los términos comerciales del acuerdo, que están relacionados, entre otras cosas, con las condiciones bajo las cuáles se van a comercializar los hidrocarburos. “Este es el tema más sensible”, dice otra de las fuentes. Pemex tendría 50% de la producción del yacimiento y las otras tres compañías el resto.
Durante las negociaciones, contaron las fuentes bajo condición de anonimato, se ha tocado de manera constante el tema de cómo se ha llevado el proceso. Pemex dijo que estaba interesado en el activo después de que Talos y sus socios dieran a conocer el descubrimiento e invirtiera en la perforación de los pozos. La petrolera estatal nunca hizo los pozos que tenía comprometidos en la zona aledaña al descubrimiento y no ha destinado inversión en los últimos años. “Talos se ha mostrado abiertamente descontento, pero las negociaciones están avanzando”, dice una de las fuentes.
En una entrevista a Bloomberg de agosto pasado, Timothy Duncan, el CEO de Talos, reconoció un descontento con el proceso. “Esta disputa no es sobre el porcentaje de petróleo bajo cada contrato”, dijo al medio. En esa misma entrevista, el directivo dijo que la petrolera estaba dispuesta a no pelear más por el puesto de operador, siempre y cuando tuviera un papel de liderazgo.
Talos envió en septiembre del año pasado un aviso de disputa al gobierno mexicano, un procedimiento que suele hacerse antes de que la presentación de un proceso de arbitraje. Las fuentes tenían versiones encontradas sobre si la estadounidense sigue adelante o no con sus intenciones por comenzar una disputa legal por el activo.
“Estamos en una fase de encontrar algo constructivo. Hay muchas cosas que resolver aún, hay muchas cosas que zanjar y diferencias significativas”, cuenta otra de las fuentes a Expansión. “Pero se está en una etapa de cordialidad y de llegar a acuerdos”.
Las negociaciones sobre el campo continuarán durante todo 2023, para que a finales del año próximo se pueda dar a conocer la decisión final de inversión, según los planes de las compañías. En los planes preliminares está el de alcanzar la primera producción de petróleo en el último trimestre de 2024, después de que finalice el sexenio del presidente López Obrador.
El desacuerdo por Zama, el descubrimiento de petróleo más grande de los últimos años, ha encendido las alarmas entre la industria petrolera privada, después de que México se abrió a la inversión con las reformas del sexenio pasado. “Nuestra situación es un indicador de todo lo que no quieres que suceda, que es invertir bajo un determinado conjunto de condiciones, desarrollar un activo que tenía una cantidad específica de valor, hasta no saber exactamente lo que tienes, debido a la acción del gobierno”, dijo el CEO de Talos, en la entrevista con Bloomberg.
Zama es uno de los campos petroleros más prometedores, con un potencial de producción de hasta 950 millones de barriles. Pero la pugna por el activo, que se ha dado en medio del plan por devolver a Pemex protagonismo en la industria, ha dejado al futuro del campo en incertidumbre.