El Renagas, como otras obligaciones y controles, cada vez es más estrictos, prueba de ello es que han tenido que ampliar el plazo para el cumplimiento.
Con la idea de salvaguardar el ambiente y garantizar la seguridad industrial operativa, así como la integridad de los usuarios, la Agencia de Seguridad, Energía y Ambiente (ASEA) y la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) establecieron como fecha máxima este mes de junio para que gasolineros y distribuidores de gas Licuado de Petróleo (LP) cumplan con el Registro Nacional de Instalaciones de Gasolinas y Gas Licuado de Petróleo (Renagas).
Se trata de un mecanismo de regularización de las más de 13,900 estaciones de servicio que abastecen combustibles automotrices y alrededor de 4,800 instalaciones para distribución y expendio de gas LP. La Comisión Reguladora de Energía (CRE) era la responsable de otorgar los permisos a estos establecimientos. Previo, lo hacían Petróleos Mexicanos y la Secretaría de Energía.
El Renagas, como otras obligaciones y controles, cada vez es más estrictos, prueba de ello es que han tenido que ampliar el plazo para el cumplimiento. Este periodo de junio incluye las entidades tuvieron su propio tiempo para registrarse como la Ciudad de México y la Zona Metropolitana, Nuevo León y Jalisco, lo que significa que la plataforma para el registro seguirá abierta para los 32 estados del país.
“Para la ASEA es total prioridad la seguridad operativa e industrial y la protección del medio ambiente”, indicó Armando Ocampo Zambrano, titular de la ASEA cuando anunció el plazo adicional para que los obligados cumplan y de esa manera eviten inspecciones extraordinarias y multas ya que según el funcionario hasta el cierre de mayo 4 mil gasolineras y 3,700 están en algún grado de incumplimiento.
El 7 de marzo del año en curso fue publicado en el Diario Oficial de la Federación el acuerdo del Renagas para aquellos que cuenten con estaciones de servicio para el expendio y distribución de Gas Licuado de Petróleo, así como estaciones del servicio para el expendio al público de gasolinas y diésel. A partir de dicho mes se llevó a cabo el registro de las instalaciones pertenecientes a la Ciudad de México y la Zona Metropolitana, comprendida por el Estado de México, Morelos, Hidalgo, Puebla y Tlaxcala.
El objetivo de los organismos que impulsaron el Renagas ha sido regularizar al sector, pero se debe considerar también la imperiosa necesidad de frenar el robo y adulteración de combustibles que prevalece en el país.
Sener, Semarnat y la ASEA tienen sus instalaciones en la Ciudad de México y a unos cuantos kilómetros, por ejemplo, en la carretera México Querétaro prevalecen puntos de venta ilegal de gasolina y diésel. En los municipios conurbados a la ciudad también operan distribuidores clandestinos de gas LP. Basta con que los inspectores, supervisores y reguladores se den una vueltecita como cualquier usuario para que vean lo que todos observamos, porque frente a esas condiciones irregulares volvemos a preguntarnos: ¿por qué insisten en presionar sólo a quienes ofrecen empleos formales y operan en la legalidad?
Se entiende que el Renagas busca que asegurar instalaciones seguras y confiables, así como mitigar y reducir los impactos al medio ambiente; además de reducir y combatir el comercio ilícito de combustibles, pero mientras la impunidad para quienes operan en la ilegalidad prevalezca, las medidas regulatorias seguirán pareciendo excesivas y abusivas, al no existir condiciones de equidad.
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