Mientras que la conversación pública estaba enfocada en torno a la marcha del domingo pasado, auspiciada y financiada por el gobierno del presidente López Obrador, me llamó la atención una nota publicada por el diario británico Financial Times, en la que se comenta sobre el panorama complicado por el que ya atraviesan las empresas que se dedican al negocio de la instalación y renta de radiobases para operadores de telecomunicaciones móviles, principalmente por los efectos de un contexto de tasas de interés al alza, que básicamente significa un incremento en los costos de capital que para estas empresas es un factor central, al ser empresas intensivas en capital.
Este panorama de mayores costos de capital se estima se traduzca en un freno sobre el ritmo de instalación de radiobases, lo que ha ocasionado que los inversionistas en los mercados bursátiles asignen un menor valor a las acciones de este tipo de empresas, que han sufrido un importante impacto en su valor de mercado en los meses recientes.
En el caso de México, este comportamiento lo podemos observar directamente en el caso de la empresa Sitios Latinoamérica, S.A.B. de C.V., (Sites Latam) que aglutina el negocio de radiobases originalmente bajo el paraguas de América Móvil en 13 países de la región, y que a partir de que inició su cotización en la Bolsa Mexicana de Valores, el pasado 29 de septiembre, ha perdido cerca del 24 por ciento de su valor.
Pero, al igual que Sites Latam, o quizá de manera más acentuada, las empresas mayoristas Altán Redes y CFE Telecomunicaciones e Internet para Todos (CFETEIT) también enfrentan una complicada prospectiva para los próximos dos años. En el caso de Altán y CFETEIT hay que tener presente que la primera tiene la obligación de desplegar su infraestructura para cumplir con las metas (“hitos”) que le impuso el gobierno federal al asignarle el contrato de Asociación Público Privada (APP), pero que recién salió del proceso de concurso mercantil al que se sometió hace poco más de un año.
Si bien es cierto que logró quitas en los pasivos que tenía con diversos acreedores, también es cierto que se percibe que su situación financiera no es envidiable y que no tiene muchos márgenes de maniobra. Así que un ambiente dominado por mayores costos de capital necesariamente impactará negativamente sus planes de inversión, y, por tanto, impactará negativamente en sus planes de instalación de radiobases en diversas zonas del territorio nacional.
En una situación similar se encuentra CFETEIT, cuyos directivos han declarado que instalarán hacia el 2023, cerca de 2,800 radiobases a lo largo del país, para tratar de llevar servicios de conectividad a zonas donde hoy no la hay. Pues bien, el alza en las tasas de interés también tendrá necesariamente un impacto sobre el ritmo de instalación de esas radiobases anunciadas. Para poder concluir con sus planes de inversión en tiempo y forma, CFETEIT tendría que recurrir a endeudamiento o a transferencias de recursos de los contribuyentes por parte del gobierno federal.
La cuestión es que tanto Altán como CFETEIT tienen frente a sí un par de años difíciles por los mayores costos, que se suman a las complicaciones de origen que padecía el modelo de negocios basado en el concepto de red mayorista que en su momento promovieron algunos entusiastas que pasaron por alto muchos factores que limitarían el alcance de ese modelo de compartición de infraestructura.
Por ello, al haber recursos públicos involucrados en ambos proyectos, resulta cada vez más imperativo conocer con mayor detalle los planes de inversión, las metas para su cumplimiento y los recursos planeados para tal fin. Apostarle a la falta de transparencia solo nos condenará a un nuevo fracaso en un plazo relativamente corto.
*El autor es economista.