Según la convocatoria para la adjudicación del contrato de servicios en el área, que quedó desierta el sexenio pasado, el objetivo del proyecto es maximizar el valor económico de las reservas de hidrocarburos para el Campo Lakach, situado en el área contractual del mismo nombre.
El empresario mexicano Carlos Slim se reunió con el presidente Andrés Manuel López Obrador con un objetivo: invertir cerca de 840 millones de dólares en aguas profundas mexicanas, si se concreta la asociación que expuso el primer mandatario en la que Grupo Carso y Petróleos Mexicanos (Pemex) desarrollarán el yacimiento gasífero Lakach, en aguas profundas del Golfo de México.
Según la convocatoria para la adjudicación del contrato de servicios en el área, que quedó desierta el sexenio pasado, el objetivo del proyecto es maximizar el valor económico de las reservas de hidrocarburos para el Campo Lakach, situado en el área contractual del mismo nombre.
Con las actividades que se requieren en el sitio, a más de 1,500 metros de profundidad bajo el tirante de agua, se contempla recuperar un volumen de gas de 847,900 millones de pies cúbicos, con un factor de recuperación de 64.67% luego de la caracterización que ha realizado el Estado mexicano a través de Pemex en la exploración del campo desde el 2006.
Pemex asegura que campo cuenta con reservas
El campo, según explicó Pemex, cuenta con reservas probadas y probables de este volumen de gas, además de líquidos condensados con alto valor de mercado de más de 3.5 millones de barriles, lo que ha resultado de interés para esta administración que ha desarrollado campos terrestres, como Quesqui, que ha permitido un volumen superior a 200,000 barriles diarios de estos productos a los que se ha encontrado un mercado.
En el caso concreto de Lakach, Pemex lo ha mantenido taponeado desde el 2016, derivado de que se esperaría una mayor utilidad en la extracción del gas, lo que incluso no ocurrió recientemente, puesto que la tendencia de la explotación de shale en Estados Unidos lo ha mantenido por dos décadas en el precio más bajo global para la región.
Entonces se reportó que Pemex ha invertido más de 1,000 millones de dólares en Lakach, monto que para otras asociaciones con la empresa y según prácticas globales, será objeto de un posible acarreo por parte de su socio, que ingresará con capital mientras la estatal sólo aportará la información y experiencia en el campo durante los primeros años.
En 2022, el gobierno anunció que ya se contaba con un socio pata arrancar el desarrollo del campo: la estadounidense New Fortress, que construiría también la infraestructura de regasificación en tierra. Sin embargo, la empresa con contratos para la venta del gas licuado en Asia únicamente colocó su terminal en Altamira, dejando la asociación con Pemex.
Ahora sería el filial energético de Carso la que buscaría continuar con la explotación de Lakach. Apenas en septiembre pasado, la petrolera estadounidense Talos Energy cerró la venta de una participación del 49.9% de su negocio petrolero en el país a la empresa Zamajal, de Grupo Carso, por un monto total de 124.7 millones de dólares.
La transacción tuvo un importe de 74.8 millones de dólares en efectivo y 49.9 millones adicionales adeudados de la primera producción petrolera del megayacimiento Zama, el primero que ha descubierto un privado en México, en 2015, y que iniciaría producción en 2025, con recursos asociados de alrededor de 800 millones de barriles.
En aguas profundas, Pemex tiene en consorcio con la australiana Woodside el campo Trión, que representaría la primera producción de petróleo -en 2028- en esta geología, situado en el Golfo de México, a 2,500 metros de profundidad, a unos 180 kilómetros de la costa de Tamaulipas.
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