El exdirector de Petróleos Mexicanos (Pemex), Emilio Lozoya, declaró este martes por primera vez ante un juez prometiendo, por un lado, «colaborar» con la justicia, y por otro, denunciando haber recibido «intimidaciones» durante las investigaciones por corrupción en su contra.
El que fue titular de la petrolera entre 2012 y 2016, bajo el Gobierno de Enrique Peña Nieto, declaró por la compra irregular de una planta de fertilizantes, mientras que este miércoles lo hará por haber recibido sobornos de Odebrecht, los dos casos por los que fue extraditado el 17 de julio desde España.
Durante la audiencia en la que Lozoya participó de forma telemática desde el hospital Ángeles del Pedregal, donde fue ingresado con anemia al llegar a México, la Fiscalía General de la República (FGR) pidió su imputación por el delito de operación de recursos de procedencia ilícita.
Versiones encontradas
La Fiscalía lo acusó de haber adquirido una casa mediante un soborno de Alonso Ancira, director de Altos Hornos de México, a quien luego “devolvió el favor” con la compra por parte de Pemex de una planta de fertilizantes inservible.
Según el relato del Ministerio Público, en 2012 Ancira pagó tres millones de dólares a una cuenta en Suiza de Gilda Susana Lozoya, hermana de Emilio Lozoya, quien utilizó 1.55 de estos millones para comprar una lujosa casa en la capital mexicana a finales de ese año.
En diciembre de 2013, cuando Lozoya ya dirigía Pemex, la petrolera estatal compró a Ancira, con un sobreprecio, la planta de fertilizantes Agronitrogenados, en el estado de Veracruz, que llevaba 14 años abandonada.
Pemex aprobó la compra por 455 millones de dólares y otros 200 millones para su rehabilitación y modernización, pero según la Fiscalía, una nueva planta hubiera tenido un costo de entre 200 y 300 millones de dólares, por lo que había un «acuerdo» con Ancira.
En su intervención, Lozoya respondió que no es «responsable ni culpable» de estas acusaciones, además de que la compra de la casa fue anterior al relato de la Fiscalía y la declaró debidamente cuando asumió la dirección de Pemex en diciembre de 2012.
Lozoya no solo defendió su inocencia, sino que aseguró que durante las investigaciones en su contra ha sido «sistemáticamente intimidado, presionado e instrumentalizado».
«Denunciaré y señalaré a los autores de estos hechos y vuelvo a reiterar mi compromiso de colaborar con las autoridades del Estado mexicano», añadió.
Pendientes de las revelaciones
Lozoya declarará sobre la recepción de 10 millones de dólares de la trama Odebrecht, que habrían sido utilizados durante la campaña electoral y el gobierno de Peña Nieto (2012-2018), del Partido Revolucionario Institucional (PRI). Esta audiencia sirvió de antesala a la que tendrá lugar este miércoles.
De acuerdo con algunas fuentes, Lozoya, quien fue arrestado en febrero en España, aceptó la extradición a México con la promesa de revelar a otros implicados en esta trama, lo que reduciría su condena.
Entre ellos estarían el mismo Peña Nieto y su secretario de Hacienda, Luis Videgaray, quienes habrían sobornado a legisladores de la oposición para que aprobaran la reforma energética que liberalizó el sector en 2013.
El actual presidente, Andrés Manuel López Obrador, dijo este martes en conferencia de prensa que el caso Lozoya es «importantísimo porque que va a ayudar mucho a que se destierre la corrupción».
Además, calificó a Lozoya de «testigo protegido», abogó por que se recupere una parte de «lo robado» y aseguró que el nuevo dueño de la planta de fertilizantes aceptó devolver 200 millones de dólares.
Un caso decisivo
El asunto ha levantado acusaciones de tratos de favor porque, hasta el momento, no se ha difundido ninguna imagen de Lozoya, quien está enfrentando el caso desde un hospital privado en lugar de la cárcel, a raíz de una anemia de la que no se sabía nada hasta su llegada.
La opinión generalizada es que este caso será fundamental para demostrar si en la actual administración hay una verdadera intención de destapar la corrupción del gobierno anterior, o si Lozoya se convertirá en un chivo expiatorio.
La primera sesión de Lozoya ante un juez, coincidió con la publicación de los resultados de Pemex del primer semestre, en el que perdió 606 mil 587 millones de pesos, ejemplo de la frágil situación de esta empresa desde hace décadas.