El mercado ya descontaba que la petrolera estatal recibiría un nuevo apoyo del gobierno federal. A los inversionistas no les tomó por sorpresa, pero dudan de la medida.
Los inversionistas de Pemex están lejos de pensar que la última medida fiscal otorgada por Hacienda sea la solución a los problemas financieros de la compañía. La administración federal anunció la semana pasada que le quitaría a la petrolera estatal la obligación de pagar una gran parte de su carga tributaria con la finalidad de que la compañía mejore su liquidez y pueda cumplir con sus amortizaciones de deuda.
El gobierno obradorista publicó la semana pasada un decreto que quita a Pemex la responsabilidad de pagar el Derecho de Utilidad Compartida (DUC), la carga impositiva más alta que tiene la compañía. Los analistas estiman que así Pemex dejará de pagar al Estado entre 86,000 y 110,000 millones de dólares.
«Yo creo que todos los inversionistas teníamos contemplado, en mayor o menor medida, que el gobierno mexicano continuaría apoyando a Pemex. La acción es importante, pero no hubo un efecto en la percepción como tal, y tampoco creo que sea un factor que hacia delante mueva su calificación crediticia«, dice el jefe de análisis de uno de los bancos que posee deuda de la petrolera y que habló bajo condición de anonimato debido a un impedimento marcado por reglas bursátiles.
“La carga fiscal es demasiado alta, algo que viene establecido desde la Ley de Hidrocarburos, que es lo que hace drenar los ingresos de Pemex. Este apoyo es importante, pero está lejos de ser la panacea”, añade.
Hacienda ya contemplaba en el presupuesto de este año una inyección de capital de más de 8,000 millones de dólares que tendrían como destino las amortizaciones de deuda de Pemex, fijadas este año en más de 10,000 millones de dólares.
Hasta antes de que iniciará el sexenio, Pemex pagaba un DUC de 65% que se fue reduciendo de manera paulatina hasta un 35% que estaba planeado para este año. Pero ahora, por decreto presidencial, el pago será nulo desde el último trimestre del año y al menos durante este 2024.
El anuncio se dio apenas unos días después de que la calificadora Moody’s hundió aún más la nota de la petrolera. La agencia criticó la alta dependencia de la estatal a los apoyos federales y su negativa por cambiar la estrategia basada en la producción de refinados del petróleo, el gran desembolso a la construcción de Dos Bocas y la baja inversión para recuperar reservas de crudo.
“Está claro que el apoyo adicional del gobierno a Pemex es positivo para la empresa. Pero desde una perspectiva gubernamental, esto se suma a la pérdida de ingresos que ya han acumulado y a la reducción del deber de participación en los beneficios de Pemex”, menciona Aaron Gifford, un analista senior de T. Rowe Price, uno de los mayores tenedores de bonos de la petrolera. “Con el déficit fiscal proyectado para este año y el creciente apoyo a Pemex, la administración entrante tendrá que tomar decisiones muy difíciles para que las finanzas estatales vuelvan a un nivel más cómodo, incluso tal vez a través de una reforma tributaria”.
El presidente Andrés Manuel López Obrador dijo este miércoles que la deuda de la estatal cerró de manera preliminar por encima de los 106,000 millones de dólares.
Los inversionistas están seguros de que el gobierno federal no dejará de apoyar a la petrolera, pero se dicen preocupados porque ya no hay más espacio fiscal para aumentar las aportaciones patrimoniales. “El país, como federación, no puede ofrecer otro rescate más a Pemex, ya no hay espacio en las arcas públicas. De necesitarlo, se necesitaría un financiamiento privado”, dice Julián Fernández, un analista independiente.
El jefe de análisis de otro banco que ha dado créditos a la petrolera menciona que sus estimaciones dictan que el gobierno federal ha otorgado alrededor de 80,000 millones de dólares de apoyos financieros a la petrolera. Una cifra apenas por debajo de la deuda con la que de manera preliminar habría cerrado el año pasado, apenas por encima de los 106,000 millones de dólares. “Por supuesto que es importante que haya este tipo de anuncios, pero lo mejor sería que el gobierno asumiera el rescate total de la empresa. Aunque suene radical, creemos que le sería más conveniente al gobierno federal que incluso hacer estos pequeños apoyos que parecen que, hasta ahora, no han tenido grandes impactos”, dijo en condición de anonimato.
En general, los inversionistas sostienen que el reciente anuncio del gobierno federal sobre la exención de pagos a la compañía estatal Pemex no ha alterado su percepción. Tres de ellos afirman que ya habían previsto esta medida y que no les tomó por sorpresa.
Pero “es solo un paliativo”, dice uno de los inversionistas. Los entrevistados coinciden en que esta medida servirá para que el flujo de efectivo de la compañía sea cero, en lugar de negativo y para que la estatal pueda cumplir con sus tenedores de deuda sin tener que recurrir al mercado y con ello a grandes tasas de intereses.
“Dado que el punto de partida es relativamente saludable con una deuda pública moderada como porcentaje del PIB, no estoy haciendo sonar las alarmas. Pero, con las cuentas fiscales en la dirección equivocada en el pico del ciclo económico y durante un año electoral ocupado tanto en México como en Estados Unidos, creo que los inversionistas debemos ser cautelosos aquí”, apunta Gifford.
Encuentre la nota en: https://expansion.mx/empresas/2024/02/22/apoyo-fiscal-a-pemex-no-solucionara-sus-problemas