La presidenta virtualmente electa quiere conecta a 8.1 millones de personas a través de CFE Telecom, pero la empresa ha enfrentado retos para desplegar infraestructura.
La presidenta electa ha comenzado a ofrecer pistas de lo que será el eje rector de su política de conectividad. En el documento 100 pasos para la Transformación, Claudia Sheinbaum ha reconocido que –pese a los esfuerzos– en la administración del presidente López Obrador no se logró el objetivo de cerrar la brecha digital del país. En México aún existen 25.3 millones de personas no cuenta con servicios de internet, según datos de la ENDUTIH.
Sin embargo, la morenista aseguró que en su sexenio llegará, al menos, a las zonas que considera las más desatendidas. En el capítulo “Política Nacional de Conectividad”, incluido en el documento 100 pasos para la Transformación, Sheinbaum Pardo reveló que enfocará sus esfuerzos a habilitar servicios de telefonía e internet en 66,062 localidades, equivalentes a 8.1 millones de personas, con el apoyo de CFE Telecomunicaciones e Internet para Todos (CFE TEIT) y Altán Redes. El plan estará acompañado de una política de desarrollo de habilidades digitales.
La ubicación de las localidades aún se desconoce, pero el número de sitios a los que planea llegar la presidenta electa ya se coloca como una meta más grande respecto a la del gobierno de López Obrador. En 2022, CFE TEIT replanteó el plan de conectividad y dijo que sólo se buscaría conectar a 18,634 poblaciones, es decir, 6.4 millones de mexicanos, sin embargo, hasta el cierre de 2023 sólo habilitó servicios móviles en 2,362 localidades que se traducen en 546, 998 personas, una cantidad que se ubica muy por debajo de lo ambicionado.
El plan
Jorge Moreno Loza, abogado especializado en telecomunicaciones, considera un acierto que Sheinbaum impulse el acceso a internet acompañado de una política de uso de herramientas digitales, sin embargo, para la ejecución del plan hay un error: no integrar al sector privado.
Para el especialista uno de los grandes desaciertos del gobierno de López Obrador es haber dejado de lado al sector privado para ayudarlo en el cierre de la brecha digital. El despliegue de redes e infraestructura implica una intensa inyección de capital, así como de complejidades técnicas para la instalación de torres y antenas. La propia CFE TEIT ha reconocido estos desafíos, obligando a la compañía a solicitar el apoyo de todos los trabajadores de la estatal CFE y valiéndose de las empresas satelitales.
Según información del presidente Andrés Manuel López Obrador, en un encuentro de hace dos años con trabajadores de la CFE en Chiapas, en México hay cerca de 300,000 localidades dispersas en pequeñas comunidades donde no existe cobertura de telecomunicaciones.
En las poblaciones donde no existe nada de infraestructura son: Jol Hic’Batil de Chiapas; Chilón, Chiapas; Zimatlán de Álvarez, Oaxaca; y en Comalcalco, Tabasco.
Por ello, dice Moreno Loza, Sheinbaum requiere integrar su ‘Política Nacional de Conectividad’ a los grandes concesionarios como Telcel, AT&T y Telefónica, pero también a pequeños operadores que se localizan en zonas remotas. No sólo se trata de lograr un objetivo, sino de garantizar un derecho que ha escalado a nivel constitucional: el acceso a internet.
Sin embargo, en el documento “100 pasos para la Transformación” la presidente electa sólo ha incluido a CFE TEIT, Financiera para el Bienestar, el Organismo Promotor de Inversión de Telecomunicaciones (Promtel) y Altán Redes.
“Creo que si Claudia voltea a ver a todos los medios que tiene a la mano incluyendo a los concesionarios se podrá lograr su meta e incluso incrementarla, pero si insiste hacerlo sólo con los brazos de CFE Telecom y Altán se va a quedar en un intento fallido otra vez”, advierte el especialista.
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