Las plataformas petroleras de Pemex en el golfo de México están siendo acosadas por la violencia. A mediados de este mes, un grupo de diez hombres armados llevó a cabo otro atraco en la Sonda Campeche, robando equipos, herramientas, materiales y otros artículos de una plataforma petrolera que operaba la firma Eyva al servicio de la petrolera estatal. La compañía aún no ha confirmado el monto total del asalto ni el modus operandi, sin embargo, Reforma reportó que seis trabajadores fueron amagados con armas largas y cortas apuntadas a su cabeza durante el ataque.
Este robo se suma a un asalto armado que ocurrió el pasado mayo cuando un comando, de al menos cinco personas, abordaron ilegalmente el buque de apoyo en altamar Crest Tarasco, de la empresa Protexa, que trabaja para Pemex, y robaron herramientas y equipos de comunicación valuados en más de 1,5 millones de pesos. Medios locales dieron a conocer que en menos de 50 minutos los agresores se llevaron pulidores eléctricos, extensiones, cables y otros objetos de valor y a principios de 2022, trabajadores de la plataforma KU-S del Centro de Proceso Ku, dentro del campo Ku Maloob Zaap, comunicaron que un grupo de bandidos se llevó una veintena de equipos de respiración autónoma, radios de comunicación y herramientas, un motín con un valor aproximado de más de un millón de pesos.
Luis Miguel Labardini, socio del despacho especializado en el sector energético Marcos y Asociados advierte de que lo que sucede en la industria petrolera es un reflejo de lo que acontece en el país en seguridad y en materia de Estado de Derecho. “Los equipos que se roban en las plataformas, esos equipos aparecen en Ciudad del Carmen (Campeche) y los subcontratistas o los contratistas, sin darse cuenta, compran equipo robado, ese círculo vicioso es lo que hay que romper. En la medida en la que no haya mercado para equipo robado no hay manera de que esto sea negocio”, zanja.
Para el especialista en el sector energético, los comandos armados que abordan las plataformas en altamar saben perfectamente la valía de este tipo de mercancía para el sector. “Afortunadamente, no ha habido violencia extrema que lleve a la muerte de los miembros de las tripulaciones y aquí son Pemex y las empresas contratistas, por igual y hay que considerar la posibilidad de que haya gente dentro de las organizaciones que den la información de dónde están los equipos”, refiere.
Desde hace más de tres años, los legisladores en el país han presentado diversas iniciativas para exhortar a la Secretaría de Marina (Semar) a reforzar las acciones de vigilancia y patrullaje en los mares, específicamente, en la Sonda de Campeche. “Estos ladrones se apoderan de equipo, materiales y objetos de valor, hidrocarburos procesados o en crudo y el número de asaltantes y de lanchas rápidas con las que llevan a cabo sus fechorías cada vez va en aumento, así como su nivel de agresividad y violencia”, refiere de uno de los dictámenes presentados en la Cámara de Senadores.
El documento también refiere a las actividades de otros grupos armados, que abordan en alta mar a pescadores ribereños para despojarlos de lanchas, motores, artes de pesca, mercancías y pertenencias, así como el robo de embarcaciones atracadas en muelles, lo cual afecta una actividad que contribuye a la economía local, a la seguridad alimentaria y al ingreso de cientos de familias